La meditación, pese a ser una práctica milenaria, se ha vuelto cada vez más frecuente de escuchar o ver, en las rutinas de nuestras amigas, parejas o de cientos de influenciadores que seguimos en redes sociales. ¿Qué la hace tan especial y necesaria hoy en día? ¿Puede hacerse sin tener ningún tipo de conocimiento? ¡Te contamos!
Ya lo decía uno de los maestros del Mindfulness, Jon Kabat- Zinn, “Meditar es cultivar nuevas cualidades y cultivar nuevas formas de ser”, y es que en los tiempos actuales y con el proceso de aprendizaje consciente que hemos tenido en estos últimos años de pandemia a nivel mundial, el cultivar nuestro interior, encontrar esa tranquilidad mental y equilibrio entre nuestros ser espiritual y físico se ha vuelto una necesidad.
Y claro, ¿quién no quiere un poco de tranquilidad y paz en la vida? El punto está en que tenemos muchas dudas en torno a nuestra capacidad de meditar, en la manera en que se hace, el tiempo que nos toma, el nivel de concentración o abstracción que podamos llegar a tener o incluso en creer que la meditación simplemente no calza con nuestra personalidad.
En términos muy prácticos y concretos, un estudio de la revista Biological Psychiatry proporciona por primera vez una muestra que, a diferencia de un placebo, la meditación puede cambiar el cerebro de la gente común y corriente, y posiblemente, mejorar su salud. En un artículo del New York Time, J. David Creswell, director del estudio, profesor adjunto de psicología y director del Laboratorio de Desempeño Humano y Salud en la Universidad Carnegie Mellon, comentó que la meditación consciente requiere “una atención abierta, receptiva y carente de juicios de la experiencia en el momento presente”.
Cuando meditamos, nuestro cerebro deja de procesar información tan activamente como lo haría normalmente. Y esa es la gracia.
Fuente: Dr. Gregg Jacobs, Harvard Medical School, author of The Ancestral Mind http://www.mindec.com/images/om.swf / www.time.com
De dónde viene la meditación
La meditación es una práctica que se ha realizado hace miles de años, inicialmente como una forma de ayudar en la profundización de creencias sagradas, hoy se usa para calmar nuestros pensamientos y bajar el estrés que conlleva la vida moderna.
Su origen se remonta a la India y si bien, no está claro desde cuándo es practicada existen documentos que la mencionan que datan del 1500 a.C. Sin embargo, los historiadores consideran que la meditación ya se llevaba a cabo desde unos 3000 años antes de nuestra era.
No necesitas ser una experta
Si pudiéramos definir en una frase la respuesta a la pregunta que tienen muchas personas que quieren iniciarse en la meditación, podríamos decir que lo único que necesitas para meditar es aprender a respirar. ¿Pero ya sabemos respirar, no? Una respuesta tan evidente que de pronto te hace preguntar si estás entiendo lo correcto, y así es.
Respirar si bien es algo que realizamos inconscientemente millones de veces en el día, no es algo en lo que nos detengamos a pensar si lo estamos haciendo bien o mal, o si estamos en una frecuencia adecuada, etc. Habitualmente, no nos concentramos en la respiración, y de eso se trata. La meditación requiere un proceso de calma y de concentración en nada más que nuestra respiración.
Por lo tanto, si la pregunta es, ¿Puedo meditar si es que nunca lo he hecho antes? Si!! Sólo necesitas enfocarte en tu respiración y así comenzar en este nuevo camino de autodescubrimiento.
5 formas en que puede cambiar tu día a día
Te hemos ya hablado un poco de la meditación, en qué consiste, su historia, cómo puedes practicarla hoy mismo sin ser una experta. Ahora te contamos concretamente cómo llevar esta práctica en tu rutina puede cambiar poco a poco tu día a día.
- Energía y mejores decisiones
Dedicarle 15 minutos al día a la meditación centrada en la respiración puede ayudarte a tomar mejores decisiones sin dejarte llevar por el “costo hundido”, según un estudio de 2013 publicado en Psychological Science. El costo hundido es la resistencia a abandonar un proyecto en el que hemos invertido mucho dinero y esfuerzo, a pesar de que se haya demostrado que el proyecto es inviable. El 80% de los individuos no se dejaron llevar.
- Mejor dormir
Un equipo de la Universidad del Sur de California, tras realizar un ensayo clínico sobre 49 individuos, determinó que aquellos que utilizaron la meditación mejoró su calidad de sueño (síntomas de insomnio y fatiga), más que los que participaron en una intervención basada en educación para la higiene del sueño.
- La felicidad no es una meta imposible
Science publicó en 2010, un estudio sobre la felicidad. En dicho estudio, la conclusión(se investigaron más de 2000 mil personas) era que somos más felices cuando el pensamiento y la acción están alineados, aunque sea lavando los platos. “El foco de nuestra mente –afirmaron los científicos– debería formar parte de nuestra planificación cotidiana”. La meditación te ayuda a poner el foco.
- Gestión emocional
La meditación te puede ayudar a rebajar la rabia o la ira, haciendo que toleres mejor la frustración: reduciremos las hormonas del estrés –también relacionadas con la ira–. Además, la ira puede derivar en una depresión si no se muestra y se esconde. En esos casos, la meditación es tan eficaz como tomar antidepresivos. En 2010, un estudio estadounidense publicado en Archives of General Psychiatry sobre pacientes con depresión tratados durante 8 meses así lo demostró.
- Concentración
“Todos tenemos la capacidad de estar atentos. Lo únicos que necesitamos para ello es cultivar la capacidad de prestar atención al momento presente, suspendiendo todo juicio o dándonos cuenta, al menos, de la gran cantidad de juicios que continuamente desfilan por nuestra mente”, explica Jon Kabat-Zinn
Si te pareció interesante comenzar a explorar nuevas formas de apaciguar nuestra mente y conectar con nosotros mismos, te invitamos a revisar nuestros videos de meditación que son solo 3 minutos, pueden cambiar tu día a día.
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